La salmonicultura se ha posicionado como una de las actividades productivas más importantes del sur-austral del país. El sector acuícola ha logrado positivos resultados económicos y ambientales en los últimos años, los cuales fueron subrayados en el IV Informe de Sustentabilidad de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile), donde se dieron a conocer cifras respecto a acciones comunitarias, económicas, medioambientales y certificaciones de sustentabilidad.
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De acuerdo con SalmonChile, el desarrollo de la industria y el enfoque sustentable que han dado a la actividad también ha permitido impulsar otros sectores productivos en el sur del país y lograr un trabajo conjunto. Ejemplo de esto último es la agricultura, en la que el cultivo de granos ha tenido una expansión importante gracias a la salmonicultura, a raíz de innovaciones en la alimentación de los salmónidos de cultivo.
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Hace 20 años, la dieta de los salmones y truchas estaba compuesta en un 80% por harinas y aceites de pescado, es decir, proteínas y lípidos de origen marino. Sin embargo, hoy se basa fundamentalmente en proteínas y lípidos de origen vegetal, como también de ciertos subproductos de origen animal, lo que ha reducido los componentes en base a pescado a un 12%, dejando mayor disponibilidad de la pesca extractiva para el consumo humano.
Productos como trigo, lupino o raps son la base para esta nueva forma de alimentación en la acuicultura. Actualmente, en Chile hay 60.000 hectáreas donde se producen algunos de estos granos, y existe la necesidad de aumentar en hasta 200.000 hectáreas los cultivos para generar el alimento para los peces.
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«Esta innovación y el cambio de la dieta de los salmones no es nuevo y responde al avance en nutrición que ha ido desarrollando la industria, con miras a una acuicultura más sustentable bajando la presión sobre proteínas de origen marino. Sigue siendo una gran oportunidad para incrementar la superficie de cultivo en Chile considerando que la mayoría de los volúmenes de materias primas vegetales que usa la industria hoy son importados. Solo en trigo, esta industria consume alrededor de 12 mil toneladas mensuales; en aceite de raps, el consumo responde a una necesidad de cultivo que puede superar las 190 mil hectáreas. El potencial es gigante si lo hacemos bien y podemos competir con la oferta de materias primas desde otros mercados. Podemos tener todo el interés como fabricantes de alimento, pero los productores de salmón compiten con sus productos en un escenario global, por lo que debemos ser competitivos en toda la cadena, y con ello, en el costo de las materias primas», argumentó el Managing Director de BioMar Chile, Eduardo Hagedorn.
El ejecutivo agregó, en esa línea, que la innovación es clave. «El salmón es parte de la solución a los problemas del cambio climático e incorporar procesos que aumenten la sustentabilidad de la industria es el foco con el que trabajamos constantemente. Esperamos seguir desarrollando la salmonicultura y ser un aporte para la seguridad alimentaria», enfatizó.
Desde el gremio salmonicultor complementan que innovaciones en la alimentación permiten que la industria nacional tenga mejores estándares de sustentabilidad. «Los salmonicultores de Chile hemos estado trabajando intensamente en mejorar nuestros estándares de sustentablidad y procurando que esta actividad sea un factor de crecimiento no solo para las localidades donde estamos, sino que esta actividad trascienda a todo el país», concluyó el presidente de SalmonChile, Arturo Clément.
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