Uno de los temas de los cuales más se ha hablado, analizado y discutido en el sector pesquero nacional es el de la jibia (Dosidicus gigas). Artesanales e industriales han protagonizado un profundo enfrentamiento por esta materia. ¿La razón? El Congreso aprobó el proyecto de ley que determina que esta especie sea capturada solo con línea de mano, quedando, de esta forma, como una pesquería exclusiva para los pescadores que utilicen este arte de pesca selectivo. Quienes utilizan cerco, y otros utensilios de carácter más industrial, como el arrastre, quedarían fuera.
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Esta disputa viene desde hace varios años. Los pescadores artesanales fueron los primeros en descubrir y agregar valor a esta especie que, en sus inicios fue considerada como una plaga. Los industriales, en tanto, poco a poco se fueron interesando en participar en esta pesquería y hoy son ellos los que han estado procesando con fuerza el recurso en sus plantas, principalmente, en la zona central del país.
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Pero, ¿cuál es el atractivo de este recurso? ¿Cómo se comercializa? ¿Quiénes la consumen? La jibia, también conocida como calamar rojo o calamar gigante, es un molusco cefalópodo de carne blanca, endémico del océano Pacífico, con hábitos pelágicos y cuya distribución geográfica comprende desde California (Estados Unidos) al sur de Chile. Es considerada como una especia altamente migratoria, puesto que en un momento dado puede estar muy presente en cierto sector, para luego migrar más al norte o más al sur.
Actualmente, el recurso cuenta con una cuota de captura de 200.000 toneladas (t) y un fraccionamiento correspondiente al 80% para el sector artesanal y un 20% para el sector industrial. Sin embargo, a pesar de que los artesanales deberían pescar unas 160.000 t, en 2017 capturaron cerca de 114.000 t. Los industriales, en tanto, extrajeron 39.129 t, cercano a las 40.000 t que les correspondían, según datos de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca).
Las capturas de jibia, tanto del sector industrial, como artesanal, son procesadas en su mayoría en plantas industriales. Son muy pocos los artesanales que mantienen plantas propias. La producción se exporta, principalmente, al mercado asiático, aunque también a Europa y algo queda en Latinoamérica. En 2017, las exportaciones totalizaron US$146 millones, mostrando un crecimiento, en términos de retornos, de más de un 28% en comparación con 2016.
De exportación
Según los comercializadores, la jibia es muy apreciada en los mercados internacionales, puesto que se trata de un producto con bajo contenido de grasas y un alto valor nutritivo. Esto, la hace favorable para el consumo de quienes desean una alimentación saludable. Por lo mismo, se cree que hay mucho espacio para explorar, aunque, en el caso de Chile, todo depende de cuánto produzcan los vecinos de Perú.
«La demanda de la industria chilena está marcada por la oferta de Perú, que es nuestro principal competidor. Si ellos tienen poca disponibilidad, nuestro país se verá beneficiado, ya que tendremos una alta demanda. Pero si ellos tienen un fuerte abastecimiento, tendremos mucha oferta en el mercado y eso tendrá consecuencias en nuestro sector», explica el gerente de ventas la empresa Mar de Lagos, Jorge Martínez.
El ejecutivo aclara, no obstante, que Chile se ha ganado un espacio y que, para mantenerlo, es importante seguir desarrollando mercados. “Nuestro trabajo, hoy día, tiene que enfocarse en avanzar en términos de valor agregado, tema donde los peruanos, por ejemplo, ya han avanzado mucho. También tenemos que progresar en la productividad de nuestra industria, con el fin de ser más eficientes”, precisa.
De acuerdo con ProChile, la jibia chilena también tendría posibilidades de incursionar en China, enorme mercado donde el producto nacional aún es poco conocido, puesto que la mayor parte de lo que se consume viene de Taiwán, Argentina y Perú. Sin embargo, se cree que promocionando las propiedades nutricionales de la jibia chilena, así como su calidad en comparación del producto de otros países, se puede avanzar. De igual forma, se recomienda enviar productos con alto valor agregado y explorar las oportunidades que ofrece el e-commerce, tendencia que crece día a día en el gigante asiático.
En cuanto a Europa, ProChile ha destacado la importancia de países como Italia, donde existe una fuerte tendencia por la alimentación saludable y por el consumo de productos del mar congelados. Aquí, ya es posible ver jibia tanto en el retail como en restaurantes, de modo que solo hace falta una mayor campaña de promoción y trabajar también en productos con alto valor agregado.
*Esta nota es un extracto del artículo titulado «Jibia: Un recurso con alto potencial» y que circulará en la próxima edición de Revista AQUA.