La Federación de Pescadores Artesanales de la Región del Biobío (Ferepa) emitió un comunicado de prensa en donde su presidente, Hugo Arancibia Zamorano, sostiene que la industria «ha adoptado una actitud que a nadie favorece. Es que aducir que la ‘Ley de Arte de la Jibia’ los obliga a exonerar trabajadores es una falacia, y sus constantes amenazas dejan en evidencia un inminente peligro para todo el sector».
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A continuación reproducimos el comunicado de la Ferepa Biobío:
«Mientras por una parte el Ejecutivo gestiona y discute sobre las modificaciones a la Ley de Pesca, desde la otra tribuna, como es el Congreso, surgen voces que acuerdan derogar el cuerpo legal por haber sido aprobado en medio de denuncias y juicios por cohecho que involucran no solo a parlamentarios sino que hasta al ministro de Economía de la época, Pablo Longueira Montes.
Pero adicional a toda esta dinámica noticiosa-comunicacional tan negativa para el sector tanto artesanal como industrial, surge y se queda el tema de la ‘Ley del Arte de la Jibia’, que entra en vigencia en julio-agosto y que obliga al uso de la potera como único medio de captura, pero que ha generado una gigantesca ola de descontento en el sector industrial que ha reaccionado con una suerte de amenazas de despidos de 1.700 trabajadores solo en la región del Biobio.
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Indican que cerrarán las áreas de la industria donde se procesa el codiciado calamar, y junto con ello han anunciado que no adquirirán el recurso que emana del sector pesquero artesanal, como lo fue históricamente. Declaraciones en este sentido vienen a poner en discusión lo que había sido superado: la división del sector pesquero artesanal e industrial no es buena para Chile y tratar de sobrevivir en medio de estos desencuentros genera una suerte de incertidumbre que daña al sector en su totalidad.
Ante este escenario, confuso, lleno de declaraciones de las partes, se ha generado una suerte de discusión que se hace preciso aclarar: la industria, a través de los medios de comunicación, ha emitido declaraciones amenazantes, inapropiadas, poco éticas, desafiantes y demagógicas, por decir lo menos. Es inapropiada, entonces, la actitud del grupo de empresas de amenazar con despido aduciendo conflictos generados por la ‘Ley del Arte de la Jibia’.
‘Hoy la jibia no está en las costas de Chile y el mundo científico da señales que su desaparición puede durar hasta 15 años porque el recurso emigró, lo que es una característica propia del calamar. No sabemos si estamos ante ese escenario y la verdad es que espero que no y que su alejamiento sea por las características cíclicas del recurso. Entonces, usar el argumento que por la ‘Ley de Arte de la Jibia’ se ven obligados a expulsar trabajadores, me parece poco ético de su parte’, sostiene Arancibia.
El personal de la industria pesquera es de planta y es complementado por ocasionales o eventuales, los que son llamados a trabajar cada cierto tiempo y cuando hay recursos. Eso es normal ya que sus contratos son en la modalidad de trato. La industria tiene la obligación de transparentar esta condición que le es propia. ‘Yo creo que están dejando sin pega a la gente que regularmente queda sin pega cuando no hay pesca’, dice el timonel de la Ferepa, añadiendo que ‘esto no tiene nada que ver con los trabajadores de planta, y la norma indica que existiendo materia prima y por un tema económico, tienen que volver a contratarlos. Usar este argumento es a lo menos de mal gusto y no es un discurso apropiado que la industria pesquera debe tener’.
Arancibia, a su vez, afirma que ‘las plantas están adecuadas para procesar más de lo que ellos capturan y de lo que les aporta el pescador artesanal. Eso es una realidad cierta. Así están dadas las cosas’.
‘Yo creo que estamos a las puertas de tener una reacción un poco provocativa. De acuerdo con lo que han manifestado, nada me asegura que ante un escenario distinto venga a condicionar al artesanal como proveedor como consecuencia de la ‘Ley de Arte de la Jibia’. Me preocupa que no den señales de colaborar en un acuerdo conjunto, sino que quieren ir a lo confrontacional con el consiguiente daño que esto trae consigo. Me pregunto, ¿por qué el Gobierno Regional no llama a constituir una mesa de trabajo conjunto con todos los sectores involucrados? El diálogo es fructífero y necesario a esta hora de declaraciones desafiantes que dejan la puerta abierta para que el pescador artesanal busque otras alternativas, como por ejemplo que se fomente la instalación de pequeñas empresas procesadoras. Por otra parte, solidarizamos con los trabajadores amenazados de despido. Sentir esa amenaza genera incertidumbre en miles de familias, así que conmino a los industriales pequeros a que hablen desde la realidad y no desde la demagogia’, concluye el dirigente de la pesca artesanal.»