A un mes y dos días desde el escape de 690.000 salmones desde el centro de cultivo «Punta Redonda» de Marine Harvest Chile, emplazado en el área de isla Huar, comuna de Calbuco, región de Los Lagos, la organización de conservación marina Oceana dijo esperar que la autoridad aplique la máxima sanción a la empresa por no recuperar el 10% de los ejemplares fugados en el plazo de 30 días que estipula la ley.
«Existe un daño medio ambiental que aún no podemos dimensionar, considerando que tenemos más de 600.000 salmones, especie introducida y carnívora, en alguna parte del océano», adujo la directora ejecutiva de Oceana Chile, Liesbeth van der Meer, quien añadió que, «considerando especialmente la magnitud del daño causado, esperamos que la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) revoque el permiso ambiental o Resolución de Calificación Ambiental (RCA) con el que la empresa opera».
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Según las últimas cifras entregadas por la Dirección Regional Los Lagos del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), se ha recuperado menos de 6% de los ejemplares desde el 5 de julio, día en que ocurrió la fuga, lo cual, de acuerdo con la Ley General de Pesca y Acuicultura, es motivo para presumir «daño ambiental». Junto con esto, la normativa establece que la SMA puede aplicar sanciones que varían desde una amonestación por escrito, multa de 1 a 10 mil UTA (aproximadamente desde $572.000 hasta $5.700 millones de pesos), la clausura temporal o definitiva del centro de cultivo, y/o revocación de la RCA.
Tras el escape, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) presentó una denuncia contra Marine Harvest ante el Consejo de Defensa del Estado (CDE) por posible daño ambiental, mientras que el Sernapesca acudió a la SMA acusando a la compañía de no cumplir con el mantenimiento y la seguridad de la infraestructura del centro de engorda ubicado en Punta Redonda, isla Huar. Por su parte, el Tercer Tribunal Ambiental, a solicitud de la SMA, autorizó la detención de funcionamiento por 30 días del centro por representar un riesgo para la flora y fauna del sector y la salud de las personas, ya que 463.000 salmones estaban siendo tratados con florfenicol, uno de los antibióticos más utilizados en salmonicultura.
A raíz de lo anterior, el Ministerio de Salud y el Colegio de Veterinarios llamaron a no comprar salmones en lugares no establecidos por el potencial peligro para la salud, mientras que el Consejo Regional de Pescadores Artesanales presentaron una querella ante el Juzgado de Letras y Garantía de Calbuco contra Marine Harvest por los «graves efectos en la salud de las personas, el medio ambiente y el ecosistema marino de la región».
De acuerdo con la información emitida por Oceana, el escape de salmones se considera como la «acción que afecta a un mayor número de especies, lo cual puede darse a través de la depredación, la competencia por hábitat o alimento con la fauna nativa, la transmisión de enfermedades o químicos a otras especies o el establecimiento de salmones en el ecosistema natural».
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